Naum Knop (1917-1993) es un prolífico escultor argentino cuya actuación comenzó a mediados del siglo veinte.
Desde pequeño, realiza trabajos de carpintería en el taller de su padre, convirtiéndose en un experto tallista. Luego de estudiar dibujo y escultura en las escuelas de Buenos Aires, en 1948 Knop realiza el primero de una serie de viajes que lo llevarían a conocer el mundo del arte internacional. Se pone en contacto con la obra de los grandes escultores del siglo veinte: Henry Moore, Hans Arp, Ossip Zadkine, Jacques Lipchitz, Constantin Bracusi, Umberto Boccioni, de quienes recibe un cúmulo de influencias. Artistas modernos que desde los primeros años del siglo actualizan, desde distintas perspectivas el lenguaje escultórico.
A su regreso al país en 1949, instala su taller en Buenos Aires y comienza a participar activamente en la escena artística obteniendo importantes premios. Knop ensambla un retorno a la escultura figurativa que no desdeña las conquistas de la geometría y la abstracción.
A lo largo de su vida el artista crea utilizando distintas técnicas y materiales, destacándose en el uso de metales, madera y mármol, en ciertos temas que atraviesan toda su producción.
La figura humana le permite desarrollar una investigación amplia de las formas y el movimiento en del espacio. Figuras sentadas, reclinadas, en marcha, ondulantes, en vuelo o agrupadas, son tipologías que reitera en distintas oportunidades.
Tema central de la historia del arte, la figura reclinada en la escultura de tradición clásica, presenta el cuerpo con carácter de sensualidad, belleza ideal y también de erotismo. Knop trabaja este motivo pasando de una imagen robusta, compacta y realista, a numerosas variaciones de tamaños y estética. De un lenguaje “primitivo” a formas ondulantes, a perforar la materia, a descomponer la imagen en varias piezas, y así proponer una figuración “barroca” enriquecida por la abstracción. Profundo estudioso de las formas, el escultor se interesó por las culturas antiguas y nooccidentales inspirándose en el arte egipcio, griego, azteca, africano y de Oceanía.
En 1967, el Arq. Mario R. Álvarez, convoca a Knop junto a los escultores Líbero Badii y Enio Iommi, para colocar una escultura en el Centro Cultural General San Martín de la ciudad de Buenos Aires. Knop presenta Figura Reclinada (1967) hoy ubicada en la Plaza Cubierta de dicha institución como un ícono cultural de la ciudad.
El artista defendía la talla directa y la construcción, en línea con la preocupación central de la escultura moderna por la “sinceridad con los materiales”. Su preocupación no era la perfección de las formas, sino más bien atrapar la energía intrínseca de la materia y crear una conexión fluida entre la forma y el espacio. Así, partiendo de la talla en madera, Knop también trabajó con un concepto de adición, ensamblando distintas formas entre sí, buscando variaciones al bloque sólido y nuevas relaciones con el espacio. Incorporó perforaciones de lado a lado del bloque, agujeros, que le permitían enfatizar la tridimensionalidad de las formas. De este modo, habilitaba al público a observar todas las caras de la escultura.
Las formas sintéticas, el juego de llenos y vacíos, la yuxtaposición de pequeñas partes, las curvas insinuantes, son los recursos que el artista utiliza ya sea para adorar al cuerpo femenino en su rol de madre o de amante, honrar a los grandes maestros, a las culturas primigenias o simplemente expresar las distintas pasiones humanas.
Naum Knop. Formas constructivas reúne un conjunto de obras del escultor argentino que permiten ver, a través del uso de variadas estrategias estéticas, una reflexión plástica sobre el cuerpo humano y las materias de la naturaleza.
Verónica Tejeiro