Rogelio Yrurtia (Buenos Aires, 1879-1950). Cabeza II, s/f. Escultura en bronce, 46 x 29,5 x 29,5 cm
Rogelio Yrurtia es uno de los escultores más destacados de la Argentina de principios del siglo veinte, cuya obra monumental mantiene hasta nuestros días su presencia en el espacio público de Buenos Aires.
El artista continuó la tradición escultórica inaugurada por la Generación del 80, aunque introdujo ideas y propuestas estéticas renovadoras en sintonía con el auge cultural de principios del siglo veinte.
Además de los grandes encargos del Estado Nacional para realizar monumentos en el centro porteño, el escultor realizó retratos escultóricos en bronce y mármol que revelan otros aspectos de su trabajo.
Las cabezas de hombres y mujeres -la mayoría sin firma ni fecha- son frecuentes en la producción del escultor, que los usaba para proyectar sus grandes obras y experimentar con la forma.
Cabeza I (Victoria), fundida en vida del escultor, forma parte del corpus de estudios previos para la Victoria alada, que guía la figura ecuestre de Manuel Dorrego en el Monumento erigido al prócer en la esquina de Suipacha y Viamonte de la ciudad de Buenos Aires. Como muchos de los artistas considerados los “primeros modernos”, Yrurtia estuvo inserto en un ideario visual y simbólico, propio de la época, del que se aprovechó acorde a las necesidades de cada uno de sus proyectos monumentales. En este caso, recurrió al motivo de la Victoria alada para simbolizar el triunfo del federalismo y la independencia impulsadas por el prócer nacional.
La Victoria que guía al Conorel Dorrego se relaciona con la figura de la madre que encabeza el grupo de figuras en Canto al Trabajo. La similitud en la composición entre las obras se debe a la elaboración, casi en simultáneo, de ambos encargos que fueron contratados en el año 1907.
Cabeza II (Cabeza de Mujer), en cambio, forma parte de las cabezas femeninas como Solicitude, Primavera, Daphne o Romana -entre otras- en las que el artista estudia y ensaya distinas resoluciones formales. El rostro femenino muestra el ceño levente fruncido, dándole a los ojos –completamente horadados- una expresión de cierta melancolía. El cabello ondula sobre la frente, añadiendo interés plástico a la composición. Esta obra fue fundida con fondos del año 1965 por gestión de Lía Correa Morales, esposa del artista, como directora del Museo Casa de Yrurtia en la Fundición Atenas (Bs. As.).
Cabeza I (Victoria) y Cabeza II (Cabeza de Mujer) ofrecen la posibilidad de apreciar el delicado modelado que Yrurtia realizó para representar los rostros, que evidencia la influencia de Rodin. El artista construye con gran economía formal los rasgos, utilizando contornos blandos que estructuran rítmicamente cada pieza. Las cabezas, además, se apoyan en un cuello que presenta un corte asimétrico, otorgando así un mayor dinamismo.
A través de esta piezas se pueden apreciar los gestos deliberados del artista que resultan de una toma de posición respecto de las problemáticas del arte, la política y la sociedad en un momento clave de nuestro país.