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12 de octubre, 2021

Santiago Cogorno, Figura recostada, 1943 por Romina Ciaponi

Santiago Cogorno
(Buenos Aires, 1915 – Chiavari, Italia, 2001)
Figura recostada, 1943
Témpera sobre papel
35 x 47 cm
Colección Museo de Arte Tigre

“Cuando estoy en Italia pinto América y cuando estoy en la Argentina pinto Europa” afirmaba Santiago Cogorno, quien, a lo largo de su vida, alternó su residencia entre Argentina e Italia, recurriendo a la memoria –tal como lo impone la distancia– para realizar sus obras. Cogorno, nacido en Buenos Aires, se traslada siendo pequeño, hacia el viejo mundo, con su familia y crece en Chiavari y Rapallo, en la costa azul italiana. Allí se inició tempranamente en el estudio del dibujo con Atilio Bernasconi y luego, continúa su aprendizaje en la pintura con el artista Raúl Soldi (pariente de su familia). Años más tarde, de regreso a Buenos Aires, Santiago se presentará en el taller de Soldi de la calle Jujuy, pidiéndole continuar su formación. Así empieza una relación entre maestro y alumno que se tornará, con el tiempo, en amistad.  

Además de su formación en la Academia de Brera de Milán (1932-1935) y la Real Academia Albertina de Turín, Cogorno se relacionará con relevantes artistas contemporáneos, como Lucio Fontana, Pedro Figari, David Siqueiros, Carlo Carrá, Giorgio de Chirico, entre otros, y viajará a París para estudiar el impresionismo y contactarse con Picasso y Matisse. Al declararse la Segunda Guerra Mundial en 1939, el pintor regresó a nuestro país, insertándose rápidamente en el ambiente artístico local, frecuentando el Café Rubí, donde solía encontrarse con Soldi, Petorutti, Fontana, y Presas. 

A lo largo de su carrera, Cogorno obtuvo vasto reconocimiento: desde la década del 40, participó en importantes exposiciones individuales y colectivas en museos, salones y galerías de arte nacionales e internacionales; en ciudades como Buenos Aires, Milán, Suiza, Roma, Génova y Brasilia. En 1956 participó en la Bienal de San Pablo y se hizo acreedor de la más alta distinción del momento: el Premio “Augusto Palanza”, siendo el artista más joven en recibirlo. Al año siguiente exhibió en la Bienal de Venecia. También recibió importantes premios nacionales, como el Konex a las Artes Visuales (1983) y se han realizado muestras póstumas en el país a modo de homenaje a su trayectoria.

La pintura, el grabado y la escultura de Cogorno se han nutrido de diversas influencias: desde su formación académica y su interés por la tradición prerrenacentista, hasta su encuentro con el cubismo –del que incorpora un modo particular de asimilación de la escultura africana– y las corrientes italianas de entreguerras, ligadas al “retorno al orden” de la época. A partir de los años 40, comienza a realizar viajes por el norte argentino, donde lo deslumbra el arte precolombino, dejando una huella indeleble en su obra, visible en la incorporación de personajes y vegetación latinoamericanos. Como ha expresado Telma Satz, Cogorno “(…) une signos y formas de culturas nativas con elementos de indudable sensibilidad contemporánea”.

Varios de los comentadores de la obra de Santiago Cogorno coinciden en resaltar la vehemencia con la que el artista se enfrentaba al soporte elegido, imprimiéndole una gestualidad y espontaneidad evidentes en el resultado final. Su amigo Heriberto Arbolave relata que el artista, “cuando pintaba manchaba toda la superficie, ya fuera papel o tela, con colores y pinceladas que daba con todo el cuerpo (…) y recién hacia el final colocaba los límites de la forma y era en ese momento que al observador se le hacía inteligible la obra…”.

Cogorno, usualmente, realiza un juego de alternancias entre la línea del dibujo y los volúmenes y texturas generados con manchas de color, a través de los cuales crea zonas de colores vibrantes que describen telas y arabescos; o bien, ubica tonos análogos de color con el fin de dar cierta sensación de volumen, con una pincelada desbordante y vital. El dibujo aparece como una herramienta de cierre, ya que la línea funciona como contenedor, al delinear las figuras y otorgarles algo de definición.

Figura recostada es protagonizada por una figura andrógina, rodeada de una atmósfera fría, que crean los verdes azulados del fondo. La figura, en actitud introspectiva, manipula con cierto desdén lo que parece ser un antiguo instrumento musical; su cuerpo posa para ser mirado, pero no mira al espectador. Hay referencias arcaicas en la obra: el rostro como máscara africana y la túnica clásica del personaje, caída por efecto de su holgura. La alternancia de manchas de blancos puros y otros oscurecidos, en la vestimenta, generan el volumen del cuerpo. Las piernas no están eximidas de deformación: el muslo visible se ve excesivamente acortado, mientras se alarga la zona cercana al tobillo. De la otra extremidad, sólo es visible un pie totalmente sintetizado con líneas de un dibujo primitivo, que niega el escorzo. 

A diferencia de muchas obras de Cogorno, protagonizadas por figuras femeninas en un desborde de color, en esta obra, contemporánea a la destrucción que implicó la Segunda Guerra Mundial, se vislumbra una mirada más abatida. El artista –desde Buenos Aires– presenta una figura, con referencias culturales mixtas, que hace resonar, melancólicamente, el eco de una civilización que se autodestruye.

 


  1.  Citado en : Arbolave, Heriberto, El arte americano de Santiago Cogorno, Buenos Aires, Arte On-line, 2012, p. 11
  2.  Relatado por Raúl Soldi, en un texto publicado en 1978, citado en: Arbolave, Heriberto, op. cit., p. 20. 
  3.  En 1942, 1946 y 1956 expone en el Salón Nacional de Artes Plásticas de Buenos Aires. En 1943, 1957 y 1958 exhibe en la Galería Witcomb. En 1972, realiza una muestra en el Museo del Grabado. En 1980, exhibe en el Museo Municipal de Bellas Artes de Bahía Blanca. Expondrá, además, en las siguientes galerías de Buenos Aires: Plástica, Antígona, Rubbers, Nexo, Wildenstein, Arthea, Estudio de Arte Arbolave, Imagen, del Buen Ayre, van Riel, América, Palatina, Vermeer, Soudan y Tiempo Argentino. 
  4.  En 1946, firma un contrato con la Galería Il Milone de Milán, donde expondrá durante varios años. En 1976, realiza litografías que exhibe en la Galleria del Levante, en la misma ciudad.
  5.  En 1949 expone en St. Moritz, Suiza. En 1954, realiza una muestra en Basilea.  En 1946 gana el Premio Estímulo de Arte Evita Perón, otorgado por el Salón Nacional de Artes Plásticas. En 1958 obtiene el Gran Premio de Honor del Ministerio de Educación. En 1961, gana el Premio adquisición de Mar del Plata. En 1966, obtiene el Premio de la Crítica de Arte al artista más destacado de su generación. 
  6.  Se realiza una exposición-homenaje en el 2001 -año de su muerte- en el Centro Cultural Borges. Además de exposiciones póstumas en galerías de Italia y Buenos Aires, destacan las muestras: “El arte americano de Santiago Cogorno” (Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori, Buenos Aires, 2012) y “Entre tierras” (Museo de Arte Tigre, 2013). 
  7.  Citado en: Arbolave, Heriberto, op. cit., p. 7
  8.  Arbolave, Heriberto, op. cit., p. 15