(Buenos Aires, 1886-Córdoba, 1964). En 1913 estudió en la Escuela Nocturna de Dibujo para obreros. En 1915, con Butler, Basaldúa, Badi y Bigatti ingresó en la Academia Nacional de Bellas Artes.
En 1925 asistió a los cursos de André Lhote en París. Retornó a la Argentina en 1928 y un año más tarde está en San Juan, trabajando en la Oficina de Correos.
Los referentes pictóricos europeos son los primitivos italianos, las catedrales góticas y el cubismo académico de su maestro. De Chirico y Carrá son también fuentes de inspiración para Spilimbergo.
Entre 1931 y 1940, pinta por lo general mujeres monumentalizadas. Luego de pasar por una serie de naturalezas muertas y paisajes (en especial la serie sobre San Juan) en los que sigue evidenciando su gusto por la estructuración geométrica, pinta la serie de terrazas con personajes, que vinculan lo matemático con lo surreal y metafísico.
Entre 1935 y 1936 realizó una serie de monocopias agrupadas con el título Breve historia de la vida de Emma. En ellas se refiere a la vida de una mujer, a su prostitución y decadencia.
Spilimbergo fue un prolífico dibujante y grabador. Las once aguafuertes realizadas para Interlunio de Oliverio Girondo son ejemplos de su oficio.
Así mismo, dedicó años a la docencia. Entre 1934 y 1939 enseñó en el Instituto Argentino de Artes Gráficas; desde 1935 fue profesor de la Academia Nacional de Bellas Artes. En 1934 ocupó interinamente la cátedra de dibujo en la Escuela Superior de Bellas Artes de la Universidad Nacional de La Plata. Entre 1948 y 1952 dirigió el Instituto Superior de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Tucumán que él mismo había organizado.
En 1960 se radicó en su casa de Unquillo luego de renunciar a sus cátedras en disconformidad con el gobierno peronista.
Son importantes sus participaciones en la ejecución del Ejercicio Plástico, en la presentación de un mural consagrado a la agricultura y la ganadería en la Feria de Nueva York de 1939, y en la creación del Taller de arte mural de 1944.