Fermín Eguía (Comodoro Rivadavia, Argentina, 1942). Egresado de la Escuela Nacional de Bellas Artes y de la Escuela Superior de Bellas Artes.
Eguía pasó, como todo artista, de la temprana afinidad con sus maestros a la definición de un estilo absolutamente personal que fue capaz de absorber momentos políticos tan diversos como los años 70 -antes y después de la dictadura militar- y el 2001 y 2002 con la violenta caída de De la Rúa y la crisis que le siguió.
Eguía es lo que se dice un inclasificable del arte argentino, tan esquivo de los estilos y los esquemas de organización generacional como de los rótulos “movimientistas” que se empeñan en ordenar el desorden del acontecer artístico.
Aun así, no está mal ubicarlo en la emergencia de los 70, junto a esa generación que pasó de una actividad extrema a una reclusión obligada que para algunos fue altamente reflexiva y para otros, directamente lapidaria. Y como buena parte de los artistas más destacados de los años 70, su galería de aquella de aquella época fue Artemúltiple, la de Gabriel Levitas.
Eguía es de aquella generación dispersa, uno de los pocos que aún despiertan fuertes entusiasmos entre los más jóvenes. Como Noé, Ferrari, Grippo y Pablo Suárez, cuenta con una pequeña legión de seguidores entre las nuevas generaciones. Su obra, marcada por una erótica, francamente perturbadora, se dirige al espectador que se permite una experiencia libre más allá de códigos preestablecidos.