Antonio Berni (Rosario, 1905-Buenos Aires, 1981). Comenzó su formación artística en su ciudad natal exponiendo allí por primera vez en 1920. Su primera muestra individual en Buenos Aires se realizó en la Galería Witcomb en 1923.
Becado por el Jockey Club de Rosario, viaja a Europa en 1925 y frecuenta por unos meses los talleres de André Lhote y Othon Friesz siguiendo las sugerencias de Butler y Basaldúa.
A lo largo de estos momentos de aprendizaje, Berni experimenta con el cubismo tardío, la escuela metafísica y el surrealismo.
En los años treinta se inclina hacia la construcción de un realismo crítico, como resultado de los avances del fascismo y los planteos que David Alfaro Siqueiros expuso en su visita a Buenos Aires.
La relación de Berni con Siqueiros se hizo más cercana cuando ambos, en colaboración con Spilimbergo, Castagnino y Lázaro realizaron el Ejercicio plástico, un mural de doscientos metros cuadrados en el sótano de la residencia de Don Torcuato de Natalio Botana, propietario del diario Crítica.
Su actividad muralista continuó en 1939 cuando presentó en el pabellón argentino de la feria de Nueva York un trabajo consagrado a la agricultura y la ganadería (en el que participó también Spilimbergo) y en los años cuarenta con su obra para el Teatro del Pueblo y la Sociedad Hebraica Argentina.
En 1944 creó junto a Castagnino, Colmeiro, Spilimbergo y Urruchúa el Taller de arte mural cuyo primer y último encargo fue la cúpula central de las Galerías Pacífico.
Además de una vasta trayectoria pictórica en la que se incluyen obras como Manifestación (1951), Chacareros (1935), Medianoche en el mundo (1936-1937), Primeros pasos (1937) y los paisajes realizados entre los años cuarenta y cincuenta, Berni se caracteriza por la inclusión de collage y el uso del ensamblado en sus trabajos.
De ese proceso surgen los dos personajes claves de su trayectoria: Juanito Laguna, un chico de la villa miseria, y Ramona Montiel, una mujer humilde entregada a la prostitución. Sus historias fueron contadas a través de varias obras realizadas con objetos de desecho y chatarra metálica a lo largo de los años sesenta.
Los monstruos expuestos en el Instituto Di Tella en 1965 fueron parte de su producción, cuyo rumbo fue nuevamente modificado a partir de los setenta, años en que presenta una figuración sin idealización, que muestra el mundo urbano marginal y sus personajes, inspirado en gran parte en su estadía en Nueva York.
La multifacética trayectoria de este artista, cuenta con el propósito común de develar un contenido que apela a la realidad social de su país y la problemática del mundo contemporáneo.