El Salón Oval del Museo de Arte Tigre es uno de los ambientes más majestuoso del edificio y que mejor refleja la función para la que fue pensado: un espacio de esparcimiento y de socialización. Aquí, en la antigua sede del Tigre Club se celebraron importantes festejos como ágapes, fiestas sociales o bailes de carnaval, conciertos de música clásica y tango que, en las primeras décadas del siglo veinte, reflejaban el ampuloso modo de vida de la elite porteña.
De estilo italo-francés, el edificio resulta un excelente ejemplo del eclecticismo historicista. De la mezcla de estilos arquitectónicos vigente entre fines del siglo diecinueve. En este ambiente se destaca la cúpula oval que corona su techo cuyo centro lo señala una imponente araña de bronce y caireles de cristal de roca (chandellier). Una pintura sobre seda natural del español Julio Vila y Pradés, muy solicitado en la Argentina de 1910 para decorar los salones de los palacios porteños, cubre el óvalo y retrata a un grupo de ninfas, seres mitológicos que alegorizan la música, e interpretan melodías con sus diferentes instrumentos.
Desde 2016 y a partir de un subsidio de la Fundación American Express y fondos del Municipio de Tigre, el salón fue acondicionado para volver a ser un Auditorio. Se renovaron los dorados a la hoja de su ornamentación e instalaron cortinados de pana que absorben las vibraciones de la música y favorecen la natural acústica del lugar. Las cortinas también acentúan la medialuz necesaria para apreciar, aún de día, el esplendor dorado del chandellier, y proteger a las pinturas que se exhiben. Para preservar y mantener la apariencia original del salón solo se exponen algunas obras de la colección, conjugando la actual función de museo con la contemplación de la arquitectura del edificio que es patrimonio histórico nacional desde 1979.
Lo invitamos a disfrutar recorriendo este salón donde resuenan melodías, risas y pasos de más de cien años de entusiastas visitantes de nuestro privilegiado Delta.